Severed (Wii U eShop)

Una de las cosas que mejor está haciendo el mundillo indie es revisitar viejos conceptos jugables. Desde Axoim Verge hasta Shovel Knight, pasando por Elliot Quest y tantísimos otros, se coge una referencia y se mezcla con otras, se actualiza, se introducen mecánicas impensables hace veinte o treinta años.

Severed vendría a ser el hijo mutante de dos juegos tan dispares como Eye of the Beholder y TLoZ: Skyward Sword. De los añejos juegos de rol en primera persona toma la perspectiva y movimiento de personaje, avanzando «de sala en sala», en las cuales sólo podremos rotar sobre nosotros mismos o avanzar hacia adelante. Este punto de partida, que provoca escalofríos sobre el papel, resulta sorprendentemente ágil con los dedos a los mandos, tardando poco tiempo en recorrer un mapa considerablemente grande de punta a punta.

Poco tiempo cuando lo tenemos dominado, claro. Severed es un juego hecho a medida para los que disfrutan de mapas laberínticos, enrevesados, plagados de atajos, secretos y caminos secundarios. Es inconcebible jugarlo sin el mapa a mano, planificando qué puertas se abrirán (y cerrarán en posteriores salas) al accionar un interruptor, qué ruta es la adecuada cuando, al cambiar de día a noche, se nos cierre el camino por el que hemos venido.

Son idas y venidas indispensables para mejorar a nuestro personaje, adquiriendo poderes y recolectando viscerillas que convertiremos en miembros. Los miembros son «la moneda» del juego: para subir nuestro ataque simple necesitamos tantas manos demoníacas y tantos ojos; lo mismo para otra veintena de mejoras. Y ahí entra en juego la espada.

Las peleas de Severed realmente son muy Skyward Sword. Nos asaltarán varios enemigos cada pocos pasos, teniendo cada uno sus rutinas de ataque y defensa. Sólo podremos hacerles daño atacando en los flancos descubiertos o rompiendo su defensa con un contraataque, así que hay que estar atento porque con tres o cuatro golpes ya mordemos el polvo. Un uno contra uno no suele dar problemas, atacas dónde toca y ya, pero los grupos son variopintos, cada enemigo maneja sus tiempos, así que depende de nosotros priorizar. Quizá rompiendo los ataques del grupo sistemáticamente repartiendo el daño, o dejarlos cargar mientras eliminas a uno en concreto, subiendo el contador de concentración, que maximiza nuestro ataque.

Hay que hacerlo bien, además. Los enemigos no vuelven a aparecer una vez vencidos, así que hay que cercenar sus miembros en un ataque final de un segundo o dos lo mejor que podamos, para intentar llegar a la etapa final con nuestro personaje al 100%. De esta forma, se mantiene la tensión perfectamente durante el combate, y la alargara a la exploración. No sólo por lo truculento, aunque vivaz a su manera, de la ambientación, si no por el hecho de ver la llama que indica que hay enemigos en la siguiente sala, sin saber cuáles serán. Depende del momento, más de una vez daremos un rodeo, a ver si hay algo de vida que rascar por ahí.

Severed sabe salir airoso y con nota de un experimento extraño. Conjuga bien peleas y puzles, motiva al jugador para llegar al final al 100%, presenta un mundo laberíntico, rico y excitante por recorrer y, como era de esperar, lo ambienta y colorea de una forma única y excepcional.[4]