Never Alone (Wii U eShop)

Dejemos algo claro: los plataformas son un género, no un recurso. Y precisamente no uno cualquiera, si no que tiene sus raíces en los propios videojuegos como lenguaje, sin intentar ser una traslación de las novelas interactivas o el rol a los mandos o teclados. Durante 30 años los plataformas han ido creciendo y evolucionando siempre acompañados de palabras como control, diseño de niveles, reto…

De un tiempo a esta parte, en especial en el panorama indie, proliferan juegos que tienen su raíz en una idea, concepto o ambientación, sin que estos tengan nada que ver con un videojuego per se. Luego hay que trasladarlo al lenguaje de videojuego, claro, el jugador tiene que hacer algo, y el recurso fácil parece que son las plataformas. Total, pones aquí un agujero, un pedrolo a medio camino, una cosa que sube y baja y, hala, un plataformas. Tan fácil, ¿verdad?

Never Alone es precisamente esto. La raíz del juego tiene una voluntad divulgativa sobre la tribu esquimal de los Iñupiat. Nos presentan una manera de entender el mundo radicalmente distinta a la nuestra, al límite, la importancia vital de la comunidad, la colaboración, su relación única con el entorno. Estas cosas se mezclan con el folklore de una forma única: los animales tienen un papel místico que obliga a la tribu a respetar el orden natural todo lo que puedan y no matar por capricho, el individualismo toma tintes diabólicos en una suerte de versión esquimal del «Coco», su interpretación espiritual de las Auroras Boreales… En definitiva, un mundo rico, profundo y, aunque sea por desconocido, muy atractivo.

Nada de esto se refleja en el juego más que como mero telón. Simplemente controlamos con torpeza a una niña que corre de izquierda a derecha, saltando agujeros o pedrolos en mitad del camino. A veces no bastará con eso, así que el zorro que nos acompaña «llamará» a los espíritus para que nos ayuden. Los espíritus, por si lo dudabais, son las plataformas que suben y bajan. Y, hala, un plataformas, tan fácil.

Never Alone es un fracaso como representación del mundo que insiste en  representar. Jamás entran en el juego los valores de la tribu, la colaboración, las costumbres, los mitos: son una mera skin entre agujero y pedrolo. También como videojuego divulgativo, porque parecen más interesados en retratar todo eso en los vídeos intercalados en el desarrollo que no a los mandos. Los vídeos sí son interesantes, están bien producidos, y podemos verlos al volver al menú o durante la propia partida, por si queremos terminar de arruinar cualquier atisbo de inmersión en el universo en cuestión.

Fracasa como plataformas al ponerle más mimo a la animación de la capucha sacudida por el viento que no al control de los personajes, que se caerán más de dos y tres veces sin que sepamos por qué. Lo hace también al no tener el más mínimo interés en salirse de la plantilla, del esquema más manido y ramplón que podamos imaginar: un plataformas anodino, burruñero. Un aburrimiento de tres o cuatro horillas que bien nos podemos ahorrar viendo los clips documentales por ahí, sin tener que sufrir esa sensación de ocasión pisoteada y tirada a la basura cada vez que apretamos el botón de saltar mientras los desbloqueamos.[1]

Never Alone (Kisima Ingitchuna)

Desarrollador: Upper One Games

Editor: E-Line Media

Lanzamiento: 9 de julio de 2015 (14’99€ Europa/ 14’99$ América)