Tumblestone (Wii U eShop)
|El principal defecto, peligro, riesgo, de Tumblestone es que cuesta 25€. Dejémoslo claro desde ya, no retrasemos el susto. Para qué voy a pagar 25€ por un Columns, un Bejeweled, un Candy Crush, un Tetris, diréis. Pues porque no es nada de eso, os contestaré. O es todo eso y mucho más.
La mecánica básica es limpiar de abajo a arriba una suerte de estalactitas hechas a base de cubos de colores. Movemos al personaje de lado a lado, eligiendo tres cubos del mismo color para que desaparezcan. El sistema es lo suficientemente atractivo como para ponerse a jugar sin más y echarle un buen puñado de ratos, pero la brillantez está en cómo se explota.
Tumblestone es una fuente inagotable de ideas, giros y vueltas de tuerca. Poquísimas veces me he encontrado con algo tan básico que me sorprenda tan a menudo. De repente hay cubos alternos que nos tapan una o varias columnas, o comodines que pierden varios colores a medida que los usamos bloqueando caminos, o nos es imposible elegir el mismo color del último trio eliminado, los bloques descienden para aplastarnos y debemos darnos prisa, o tenemos una batalla contra un jefe… O varias cosas a la vez.
Es realmente impresionante lo poco que se acomoda en una idea, apenas diez pantallas que podemos resolver en un minuto (o quince, depende), sin aportar algo nuevo. Un dinamismo del que es difícil salir una vez arrancas el juego, y que suma un auténtico interés por descubrir qué te depara la siguiente pantalla al vicio natural de la mecánica arcade.
Y no se queda ahí. Tumblestone es también uno de los juegos más versátiles del género y que mejor explota todas y cada una de sus ideas hasta la última gota. Así, el titánico modo historia (unas 400 pantallas, unas 40 horas) se presenta como un juego de puzles. Una vez coges el tono y entras en materia, las pantallas se resuelven antes de empezar a limpiar el escenario. Miras, estudias, calculas… Al menos hasta cierto punto, lo que te alcance la memoria. Sabe no atormentar, además: de cada 30 pantallas que componen un mundo, habrá menos de un tercio de las que te llevan un buen rato, y en seguida avanzas tres o cuatro del tirón para que te creas un genio de los colorines. Hasta que te añade otra vuelta de tuerca.
El modo Arcade (o Arcada, gracias a la estupenda traducción) es velocidad y reflejos. Ahí tenemos partidas interminables en varios modos con distintas reglas, como piezas que caen, o un escenario a limpiar que no te elimina al fallar, pero sí te castiga añadiendo nuevas líneas de bloques. Un enganche enfermizo que se ve reforzado con tablas de puntuaciones. He apagado la consola a las tres de la madrugada más veces de las que me gustaría gracias a estos modos.
Y luego el multijugador a 4, rellenado con bots, con los condicionantes de partida que queramos a elegir y con un estupendo y sofisticado sistema de adaptación de la dificultad pantalla a pantalla, lo que asegura el pique entre el que lleva veinte horas y el que se acaba de sentar sin sentir que te regalan la partida o que te castigan por ser bueno.
Sencillamente perfecto.[5]
Tumblestone
Desarrollador: The Quantum Astrophysicists Guild
Editor: The Quantum Astrophysicists Guild
Lanzamiento: 12 de julio de 2016 (24.99€ Europa/24.99$ América)