Sushi Striker: The Way of Sushido (Nintendo Switch)

Se me ocurren pocos títulos que en el mercado de hoy vayan tan a contracorriente como Sushi Strikers: The Way of Sushido, la última rara avis que Nintendo se ha sacado de la manga. Diría que por muchas razones se asemeja a una especie de bañista de interior intentando atravesar con soltura las olas de un mar revuelto en verano.

Empezando por el género, pues pocas compañías grandes y todavía menos fuera del universo móvil, dedican recursos a producir a un puzle de habilidad y acción en los tiempos que corren. Siguiendo por el precio, porque parece que muchos no conciben pagar a precio completo un título de este tipo, por mucho que contenido, valores de producción y originalidad puedan justificarlo. Y finalizando por su temática, puesto que más allá de los japonófilos más acérrimos es difícil vender en Occidente un juego basado en algo tan propio y particular de la cultura nipona como son el sushi y los restaurantes que lo sirven haciendo desfilar los platos a través de cintas mecánicas. Si encima lo rematas con una historia tan extraña como hilarante protagonizada por un huérfano (o huérfana, según decida el jugador) llamado Mushashi, que se ve envuelta  en un mundo devastado por las Guerras del Sushi y un nuevo enfrentramiento entre el Imperio y la República, creo que poco más queda que añadir.

Pese a que en Sushi Striker: The Way of Sushido no nos encontramos ante bloques que caen ni hay que enlazar tres piezas del mismo color, su planteamiento básico no es demasiado complicado. Delante de nuestro guerrero del sushi, situado en la parte inferior de la pantalla, hay cuatro cintas en continuo movimiento por las que pasan platos de sushi de diferente color y contenido. Nuestro fin no es otro que enlazar platos del mismo color, crear pilas lo más grandes posibles y arrojárselas a nuestro rival para restarle puntos de vida y derrotarlo antes de que él acabe con nosotros.

Estos son los sencillos cimientos sobre los que se erige el solidísimo armazón jugable de los duelos de sushi. Pero como en cualquier gastronomía son los aderezos y condimentos los que terminan refinando los platos, y así capas y más capas de mecánicas y subsistemas terminan enriqueciendo la experiencia de Sushi Striker. Destacan por encima de todo los genios, pequeñas criaturas que, hasta en un número máximo de tres, nos acompañan en combate otorgándonos movimientos especiales. Transformar todos los platos a un mismo color, robar vida al contricante, vaciarle sus platos de comida o proveernos de un escudo temporal frente a los cerámicos proyectiles que nos lanzan son sólo unos pocos ejemplos de las decenas de técnicas disponibles, que permiten diseñar estrategias de lo más diverso y personalizar al máximo el estilo de juego. Al poder de los genios, que al igual que nuestro protagonista suben de nivel y mejoran sus estadísticas, se suman mil aspectos más que añaden una complejidad creciente como los festivales de sushi, objetos que pueden utilizarse fuera y dentro del combate, platos favoritos que dan habilidades pasivas o los piñones que afectan al comportamiento y velocidad de las cintas. 

A un nutrido modo historia, con más de doscientas pantallas, que nunca llega a hacerse repetitivo gracias a su variedad, buen sentido de la progresión y dinamismo de los partidas -que por lo general pueden rondar de 1 a 3 minutos-, se añaden modos multijugador online y offline, zonas de retos, y un sistema de logros que nos permite ir aumentando nuestro rango.

Aunque la versión para Switch hace lo posible por disimularlo y es evidente que ha habido un incremento notable de los valores de producción, sobre todo en las muchas secuencias de vídeo perfectamente animadas, a Sushi Striker le cuesta ocultar que su origen es un juego originalmente diseñado para la pequeña de la familia de consolas de Nintendo. LLaman especialmente la atención de forma negativa los fondos y mapas realizados en un simplista arte en tres dimensiones de bajo poligonaje, que además de desentonar con el ya de por sí algo genérico arte del juego, denotan los inicios del título como un humilde proyecto portátil para 3DS.

Mención aparte merecen los modos de control, táctil o mediante stick y botones, donde vale la pena reseñar que pese a lo que cabría pensar en principio cada uno aporta diferentes ventajas, sin que en la tele la jugabilidad se resienta por tener que jugar con mando.

Que vaya por delante, Sushi Striker: The Way of Sushido es un puzle arcade de primer nivel. Adictivo, lleno de contenido y con unas mecánicas jugables originales y profundas, como no podía esperarse menos de una coproducción entre Nintendo y la fantástica e infravalorada Indieszero. Si bien le falta la sencillez e inmediata accesibilidad de los grandes juegos que han definido para siempre el género, y en su desarrollo se nota a veces que prima más la fuerza bruta que la pura habilidad, es un bocado exquisito y de matices muy distintos que dejará más que satisfechos a los entusiastas de los puzles de acción.[3]

Sushi Striker: The Way of Sushido

Desarrollador: Nintendo/Indieszero

Editor: Nintendo

Lanzamiento: 8 de junio de 2018 (49,99€ Europa/49,99$ América)

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